El siguiente cortometraje, Paths of Hate, dirigido por Damian Nenow, es de animación, una animación 3D con un apartado artístico peculiar, pues las sombras, texturas etc del modelaje, son como si estuvieran hechas para un cómic (un estilo muy parecido o igual al que usa el videojuego Borderlands). La acción se sitúa en un espacio aéreo hasta en el que dos aviones de guerra surcan los cielos a toda velocidad enfrentandose entre si. La cámara está en continuo movimiento siguiendo los dos aviones, y a veces simulando los movimientos y/o piruetas de estos.
Se juega mucho con los hyperlapse, que permiten que el espectador se relaje despues de o antes de estar en continua tensión en las escenas de acción. En los momentos en los que la tensión llega al clímax, se juega con cambios de plano rápidos, enfocando por ejemplo al indicador de combustible, a la sangre u otros sitios o cosas que te transmitan inseguridad. La sangre es un elemento que destaca, el color rojo es protagonista en la paleta de colores fríos (el paisaje terrestre es un paisaje invernal) que utiliza el corto. La música es un factor importante, ya que es la que marca junto a la imagen los momentos de calma y los de tensión, cuando hay calma el ritmo es mas lento, y cuando hay tensión el ritmo es más rapido. Cuando se llega al punto más violento en la historia (el choque de los 2 aviones) el corto se tiñe con un filtro rojo hasta el final, el cual indica el nivel de violencia y hace referencia a la sangre, lo cual le ofrece al espectador sentimientos como la rabia el odio el dolor etc. y refleja el momento final en el que los dos pilotos se intentarán matar.
En mi opinión, el tema principal de este corto es la guerra, y la violencia, pienso que quiere transmitir como la guerra no llega a ninguna parte, solo a muertes absurdas y sin sentido. De hecho interpreto que antes de morir, los pilotos se dan cuenta de que esa violencia, esa batalla y esos ataques no han llevado a nada, solo a morir los dos y teñir de rojo el blanco paisaje. El que conducía el avión no era un piloto era el odio, las ganas de matar, un sentimiento que desgraciadamente tiene el ser humano. El corto te hace reflexionar de como creamos conflictos y batallas que solo derivan en sangre para nada, simplemente acabamos con nosotros mismos u otra gente por un beneficio propio. O a veces ni por eso. El corto creo que tiene una clara función, que es la de denunciar, criticar y reflejar la violencia y las guerras, haciendo reflexionar al espectador o simplemente abrirle los ojos, haciéndole ver que la supuesta ficción, es una realidad en la que vivimos, que está a nuetro lado y que ignoramos completamente.
A nivel técnico me ha encantado, sobre todo el apartado artístico, y a nivel simbólico también, muy buen trabajo, el estilo cómic y los planos han sido lo que más me ha gustado. Han sido unos buenos 10 minutos.
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